Constitución Subjetiva del niño



La constitución subjetiva del niño”. Mariana Karol


Al trabajar con niños siempre es importante tener en cuenta la constitución subjetiva del niño, es por ello que se presentan, a continuación, la importancia que tienen en esta constitución: la escuela, la función materna, paterna y el contexto social.





 
1)      ¿Cuál es la importancia de la escuela como constitución fundamental en la vida de los niños?
La escuela es una institución fundamental en la vida de los niños debido a que da cuenta del pasaje del mundo de lo privado al de lo público. En este pasaje se ponen en juego aspectos de la constitución psíquica del niño y de la continuidad de lo social. Para que este pasaje constituyente se vea facilitado, la escuela no debe ubicarse como reproducción de lo que los niños traen, ni como algo totalmente ajeno a lo que hasta ese entonces es su bagaje. En ese difícil margen, la escuela debe cumplir la función de asegurar el tránsito de un mundo endogámico a un mundo exogámico.




2)      Explica la función materna, la función paterna y la función del campo social.
©       Función materna: Es una función simbólica. Los primeros tiempos en la vida de un niño dependen de los contactos con su madre o con quien ejerza esa  función, y transcurren a partir de ellos. En los orígenes de la constitución subjetiva se encuentra el “Otro” como condición y posibilidad. La madre es ese Otro que en la asistencia de la autoconservación, introduce algo distinto de lo biológico, que será  el motor de la complejización psíquica (la madre cumple con las funciones de asistir, nutrir, mimar, abrigar, acompañar el cuidado de las necesidades básicas de su hijo). La madre se encarga de la instauración de la sexualidad (cantidades, tensiones que se instauran y que no son de orden biológico), se trata del placer, la pulsión, la exigencia de trabajo que ésta produce.
La función materna libidiniza a su cachorro y le ofrece recursos que le permitirían ligar estas cantidades; de otro modo, el sujeto quedará librado solamente al embate pulsional. La madre codifica los mensajes del niño (decide si tiene frío, hambre, sueño, si está triste, contento, sensible, etc.).
©       Función paterna: Al igual que la anterior, es una función simbólica y no biológica (no necesariamente la existencia de una madre o de un padre garantiza  el ejercicio de la función). Esta función es la encargada de efectivizar la separación entre la madre y el bebé. El padre es el representante de la ley y cumple una función de corte en la relación originaria y poblada de certezas. Es el primer agente de los otros, brinda emblemas y atributos extrafamiliares que introducirán la oferta de objetos sustitutivos para que la separación del primer vínculo no signifique la pérdida de todo referente. Propiciará la salida al campo social introduciendo objetos (ideas, emblemas, instituciones) que anticipan el mundo exogámico e inscriben a ese niño en su campo.
La función paterna garantiza que el discurso materno no emane de un poder abusivo, sino que se sostenga en un discurso social que lo avale. 
 


©       Función del campo social: La posibilidad de enunciar un proyecto identificatorio está imbricado con la posibilidad de una salida al mundo exogámico, con el lugar que la cultura y el campo social tienen como estructurantes en la subjetividad del niño.
El sujeto puede constituirse sólo a partir de que lo social se inscribe en él, y él se inscribe en lo social.  El individuo social se constituye en la medida en que las cosas y los individuos sean para él significativos, posibles de ser cargados libidinalmente. Esto está relacionado con el proceso de sublimación: proceso de socialización de la psique, con la sustitución de objetos privados cargados libidinalmente por objetos públicos que sean soportes de placer para el sujeto, y que valen por su institución social. La sublimación implica un modo de sustitución, de pasaje de una forma de satisfacción a otra. No se desexualiza la pulsión, sino su objeto.
La cultura es fundante en la estructura psíquica. No es sólo la intromisión sexualizante del Otro, sino que esa intromisión se produce en el marco de la cultura. La cultura define al Otro.
En la asistencia que la madre brinda a su bebé se hacen presentes las marcas de su propia subjetividad y de su medio sociocultural de referencia. De su sistema de valores y creencias, de las ofertas de objetos del mundo exterior que realiza como valores o subvalorados para abrir la salida al mundo exogámico de ofertas sustitutivas.
La función paterna está comprometida en la oferta de objetos del mundo social.



3)      ¿Qué es el proceso de socialización?
No hay sujetos desde sus orígenes, sino que éste será producto de complejos procesos de transformaciones subjetivas que le permitirán formarse como sujetos. Dos psicoanalistas relacionaron teorías sobre los orígenes de la constitución subjetiva: Silvia Bleichinar, se refiere al recién nacido como “cachorro humano” y Piera Autognier, utiliza el concepto de “infans” para dar cuenta de ese estado de indefensión originaria y de sus posibilidades de estructuración. Con estos planteamientos, en la constitución de un niño se producen los siguientes pasajes:

·         De cachorro humano--------------------------------- > Sujeto
·         De infans----------------------------------------------- > Sujeto
·         De un mundo privado-------------------------------- > A un mundo público
·         De un universo endogámico------------------------ > A un mundo exogámico

La complejidad de estos pasajes está en relación directa con la complejidad de la constitución del sujeto. Los pasajes implican un complejo trabajo psíquico, una serie de condiciones mínimas y necesarias sin las cuales el sujeto no es tal. No se trata de un abandono de un territorio por la conquista de otro, el primer territorio nunca desaparece.
La posibilidad de recordar, la memoria y el olvido implican profundas transformaciones psíquicas. Sólo puede recordar un sujeto, y hay cosas que el sujeto no puede recordar pero que a lo sumo tendrá marcas, huellas de épocas arcaicas de las cuales nada sabe si no por el relato y la construcción que los otros significativos, puedan hacer sobre sus primeros tiempos (posibilidad de histeriorizarse). Freud sostienen que en la vida anímica no hay cortes radicales ni sepultamientos absolutos de lo anterior, pero si la condición de que la represión aparece sobre aquello que tiene que quedar reprimida en el inconsciente (parte del aparato psíquico cuyos contenidos permanecen reprimidos y tienen vedado el acceso al otro sistema del preconsciente-consciente).

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